El despido siempre es un momento difícil, tanto desde el punto de vista personal como económico. Sin embargo, no todos los despidos son legales. Cuando una empresa no logra justificar adecuadamente su decisión, o incumple los requisitos que marca la ley, estamos ante un despido improcedente.
En España, la calificación de un despido como improcedente tiene consecuencias claras. El trabajador puede exigir la readmisión en su puesto, con abono de los salarios dejados de percibir, o bien una indemnización económica calculada en función de la antigüedad y el salario.
Además, es importante tener en cuenta que la empresa debe entregar siempre una carta de despido en la que explique las causas de la decisión. Si no lo hace, o si las causas no son suficientes, el despido puede ser declarado improcedente por un juez.
Ante esta situación, el trabajador debe actuar con rapidez. El plazo para impugnar un despido es de 20 días hábiles desde la fecha de efectos. En este periodo, lo recomendable es contactar con un abogado laboralista, quien analizará la carta de despido, revisará el contrato, los convenios aplicables y las posibles irregularidades.
Un buen asesoramiento no solo garantiza la defensa de los derechos laborales, sino que puede marcar la diferencia entre aceptar una liquidación insuficiente o recibir la compensación justa. En Córdoba & González Abogados acompañamos a nuestros clientes en cada paso del proceso, defendiendo sus intereses frente a la empresa y velando por la seguridad económica del trabajador.